Nadie lo sabe a ciencia cierta, ya que los estados varían tan ampliamente en sus requisitos de recopilación de datos y prácticas. Casi una cuarta parte de los estados, por ejemplo, no requieren que los estudiantes de hogar se registren o aporten notificación. Además, con el aumento de la educación en línea y las opciones de inscripción dual, no existe una definición común de lo que “cuenta” como educación en el hogar. La Encuesta Nacional de Educación en Hogares estimó que casi dos millones de estudiantes (cerca del cuatro por ciento de la población en edad escolar) recibían instrucción en casa en 2019. Sin embargo, encuestas recientes de la Oficina del Censo de EE. UU. sugieren un número significativamente mayor de educadores en el hogar después de la pandemia de Covid-19. pandemia (casi el seis por ciento, o alrededor de tres millones), pero esos datos han sido designados "experimentales" y utilizaron metodologías muy diferentes a las del NHES.

De manera similar que con la mayoría de las políticas de educación en los EE.UU., los requisitos varían de estado a estado. Algunos estados no tienen regulaciones de la enseñanza en el hogar, en otros, las pruebas estandarizadas, la aprobación de planes de estudio, revisión de la cartera, las calificaciones docentes, o algunas de sus combinaciones son obligatorias. Grupos partidarios de la enseñanza en el hogar, en general, han sido muy eficaces en la reducción de las regulaciones en varios estados en los últimos años. Siga este enlace para información detallada estado por estado.

Intentar definir al típico estudiante de hogar es similar a intentar describir al típico estudiante de la escuela pública –la gama de la demografía, las filosofías y las prácticas hace una generalización casi imposible. Mientras que los estereotipos de estudiantes de hogar socialmente reclusos y religiosamente celosos es común en la imaginación pública, el continuo crecimiento de la educación en el hogar significa que el público en general está cada vez más expuesto a una diversidad de familias que realizan la educación en el hogar.

Una vez más, no se sabe a ciencia cierta. En la encuesta realizada en el 2019 por el Centro Nacional de Estadísticas de Educación (NCES, por sus siglas en ingles), el 59% de los padres dijeron que la provisión de "educación religiosa", fue una razón por la cual eligieron educar en el hogar. Parece claro que la demografía de los educadores en el hogar en Estados Unidos se ha diversificado significativamente en los últimos años; sin embargo, los cristianos conservadores ciertamente todavía tienen una influencia desproporcionada en la percepción y la retórica del público. En particular, el Home School Legal Defense Association (HSLDA), que se identifica como una organización cristiana, y sus afiliados a nivel estatal ejercer una fuerte influencia sobre gran parte del ambiente político que rodea la enseñanza en el hogar.

La evidencia sobre esta pregunta ha estado llena de controversia debido a que la mayoría de los estudios que han recibido mayor atención han sido interpretados haciendo afirmaciones sin fundamento. Simplemente no podemos obtener ninguna conclusión sobre el rendimiento académico de los "estudiantes promedio de hogar" porque ninguno de los estudios que han sido tantas veces citados emplean muestras aleatorias que representan la gama completa de estudiantes en el hogar.

Por ejemplo, dos grandes estudios realizados en los Estados Unidos (Rudner, 1999; Ray, 2009) se citan con frecuencia como prueba definitiva de que los estudiantes del hogar superan académicamente a los estudiantes de escuelas públicas y privadas. Pero en ambos casos, los participantes eran estudiantes de hogar que respondieron voluntariamente a una invitación, por parte de la más importante organización nacional partidaria de la educación en el hogar, para contribuir resultados de exámenes (por lo general en exámenes administrados por los padres en el hogar del niño). La demografía de estas muestras eran mucho más de raza blanca, más religiosa, más casada, mejor educados y más ricos que los promedios nacionales. Y sin embargo, los resultados de estos exámenes fueron comparados con resultados de escuelas públicas promedio, las cuales incluyeron niños de todos los niveles de ingresos y antecedentes familiares. No es sorprendente que estudiantes de hogar que son adinerados, que provienen de familias con ambos padres y que realizan los exámenes en la comodidad de sus propios hogares obtengan mejores resultados por un amplio margen que el niño promedio de la escuela pública.

El hecho es que no hay estudios de rendimiento académico que utilice una muestra representativa a nivel nacional de estudiantes en el hogar y que controle variables tales como estatus socio-económico o marital. Por tanto, es imposible afirmar que la educación en el hogar, como tal, tiene un impacto en el tipo de rendimiento académico medido por pruebas estandarizadas.

Casi un tercio de los estados tienen leyes que exigen que se permita a los educadores en el hogar inscribirse como estudiantes a tiempo parcial, y sólo unos pocos estados lo prohíben explícitamente; el resto lo deja a discreción del distrito. En términos de participación extracurricular, las regulaciones son más generosas: aproximadamente la mitad de los estados exigen que los distritos dejen espacio para los educadores en el hogar (aunque más de un tercio de los estados no permiten que los educadores en el hogar participen en competencias interescolares).

Pocas críticas molestan mucho a los padres que educan en casa como la "pregunta de la socialización." Su respuesta típica es argumentar que el tipo de socialización que las escuelas públicas se caracterizan por ofrecer no es el tipo más deseable o útil para su vida futura. Además, argumentan, los estudiantes de hogar pueden interactuar más con toda la gama de edades -en lugar de interactuar exclusivamente con compañeros de la misma edad- en una mayor variedad de configuraciones de aprendizaje en toda la comunidad.

Es cierto que las oportunidades para tener significantes interacciones cara a cara fuera de la familia, incluyendo con compañeros de la misma edad, abundad para todos (exceptuando los estudiantes de hogar que viven geográficamente aislados). Como con la pregunta sobre el desempeño académico de educación en el hogar, sin embargo, la evidencia empírica sobre la socialización completa no está disponible. Algunos defensores de la educación en casa habitualmente citan un estudio determinado: un informe realizado en el 2003 por Brian Ray, solicitado por HSLDA-como evidencia de que los graduados de la escuela en casa son ciudadanos comprometidos, involucrados en sus comunidades y llevan vidas plenas. Pero este estudio se basó en los informes personales de voluntarios sin controlar los ingresos de los padres, la educación, u otras variables, por lo queno es posible realizar declaraciones definitivas acerca de los estudiantes en el hogar ni tampoco comparaciones fiables con la población general de los Estados Unidos.

La mayoría de los extranjeros se sorprenden al enterarse de que el mercado relacionado con el abastecimiento del plan de estudios para la educación en el hogar se estima de aproximadamente mil millones de dólares al año en ventas en los Estados Unidos solamente. Los materiales para los planes de estudio varian desde materiales impregnados de referencias religiosas a los productos que se utilizan regularmente en las escuelas públicas (un programa de matemáticas de Singapur, por ejemplo, es popular tanto con los estudiantes de hogar como con esudiantes de distritos escolares).

A pesar de (otra vez) no existe una investigación exhaustiva, los partidarios de la educación en el hogar sostienen que la atención personalizada e individual, la cual es posible en el contexto de la educación en el hogar, puede ser de particular beneficio para los estudiantes con necesidades especiales. El diez y seis por ciento de los padres que educan en casa señalaron en la encuesta NCES del 2019 que el "problema de salud física o mental" de sus hijos fue una razón por la que decidieron educar en casa, y el 23% de los padres dijeron que sus hijos tenían otros tipos de "necesidades especiales" que las escuelas no atienden a su satisfacción.

En cuanto a los servicios de educación especial, los padres estadounidenses no tienen por qué renunciar a ellos si deciden educar en casa a sus hijos. La Ley de Individuos con Discapacidades (IDEA) requiere que los distritos escolares localicen y evaluen tanto a las escuelas públicas como a las escuelas privadas en el distrito que pueden tener necesidades de educación especial. El que los estudiantes de hogar sean considerados estudiantes de escuelas privadas -y por lo tanto elegibles para los servicios de educación especial- varía de estado a estado.

Mientras que estudios formales han tenido un alcance limitado, éstos sugieren - junto con cientos de anécdotas en los últimos años- que por lo general los estudiantes educados en el hogar tienen un buen desempeño en la universidad. Tanto funcionarios universitarios como universitarios que fueron educados en casa señalan ajustes sociales como el mayor reto, así como aprender a adherirse a un horario fijo de clases y a los plazos de las tareas. La capacidad que tienen los estudiantes de hogar para dirigir su propio aprendizaje y el ritmo se suele identificarse como una fuerza real, sin embargo, sobre todo si se acompaña de un entusiasmo por la exploración y el descubrimiento de que el aprendizaje autodirigido puede favorecer. No es de extrañar, entonces, de que los departamentos de admisiones de los Estados Unidos sean cada vez más susceptibles a las aplicaciones de estudiantes de hogar, algunos están incluso haciendo un enlace oficial específicamente para esta población. Otros han empezado a reclutar activamente a estudiantes de hogar a través de las convenciones estatales, sesiones informativas dirigidas y publicaciones relacionadas con la educación en el hogar.